Eliminar las malas hierbas del jardín es una labor que va más allá del mero saneamiento. Su presencia junto con nuestras plantas ornamentales o césped tiene una influencia nociva. Por un lado, estas intrusas son auténticas ladronas de los recursos que nuestras plantas necesitan: compiten con ellas por el agua, los nutrientes de la tierra y la luz. Pero, sobre todo, lo hacen de una manera más preocupante: en las raíces. Su capacidad de crecimiento subterránea suele ser invasiva, por lo que pueden arrinconar el crecimiento de nuestras plantas de manera silenciosa.
Por si estos aspectos no fueran lo suficientemente importantes, hay que contemplar otro más: erradicar las malas hierbas del jardín es una manera de mantener nuestras plantas protegidas de hongos y enfermedades. Y es que estas compañeras poco deseadas de cualquier espacio verde son íntimas amigas del oídio y un auténtico imán para plagas, como el pulgón o la cochinilla.
Para evitar su aparición desde el principio, es vital que realicemos dos labores. Por un lado, trabajar a conciencia la tierra antes de plantar en ella ya sea césped o plantas. Una tarea que implica eliminar, incluso, los 20 centímetros de capa superficial de sustrato que tengamos. Haciéndolo estaremos eliminando también las malas hierbas que pueda haber y, de paso, sus raíces.
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1. Acolchar el terreno
El acolchado es una técnica muy común en jardinería que no solo sirve con fines estéticos o para proteger las raíces de nuestras plantas ante el frío; sino que, además, puede ser clave para mantener la humedad del sustrato y erradicar las malas hierbas del jardín. Gracias a su presencia, estas plantas tendrán más complicado poder enraizar y crecer ya que el propio acolchado ejerce una función de barrera.
Podemos optar por dos tipos de acolchado. Si elegimos el acolchado orgánico, estaremos aportándole a nuestro jardín una fuente de nutrientes a medio plazo ya que su descomposición es lo que aporta al terreno.
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Si nos inclinamos más por el acolchado con áridos, no estaremos aportándole al suelo nuevos nutrientes, pero sí dotando a nuestro jardín de un carácter decorativo único. Gravillas o piedras decorativas en el color que prefiramos nos permitirán jugar con las texturas y tonalidades de nuestro espacio a la vez que contribuirán a erradicar las malas hierbas del jardín.
Otra práctica común para erradicar las malas hierbas es combinar el uso de estos acolchados con la instalación de una malla geotextil. Un accesorio muy habitual en el huerto que, sin embargo, también puede ser más que útil para el jardín ya que servirá como primer freno de crecimiento de estas plantas poco deseables.
Más allá de su función, hay que contemplar algo: es importante conocer bien qué tenemos plantado en cada lugar del jardín antes de colocarlo, ya que las mallas geotextiles impiden el crecimiento de cualquier cosa que esté bajo ella. Algo que puede afectar, por ejemplo, a los bulbos de primavera o de otoño que tengamos plantados.
- Arrancar las malas hierbas correctamente
Muchas veces, caemos en el error de creer que erradicar las malas hierbas pasa por arrancarlas sin más. Un fallo común que confirmaremos que es así cuando, transcurridas algunas semanas, las veamos volver a brotar.
Las malas hierbas son plantas con una alta supervivencia, y que solo podremos eliminar de nuestro jardín si arrancamos plenamente de raíz. Para ello y según el tipo de planta, en muchas ocasiones no bastará con tirar únicamente de ellas, sino que, incluso, tendremos que cavar para poder extraerla por completo de nuestros maceteros o macetas.
4. Eliminar su presencia del césped
En el caso del césped, erradicar las malas hierbas pasa por una labor algo más trabajosa. Además de arrancarlas de raíz, tendremos que tomarnos la precaución de esperar para confirmar que ha desaparecido por completo. Para ello, lo ideal es regar la zona que hemos saneado durante un par de semanas para comprobar si alguna de las semillas de las malas hierbas que hemos quitado ha logrado prosperar.
Y siguiendo estas recomendaciones, algo tenemos por seguro: conseguirás eliminar las malas hierbas del jardín y, lo que es más importante, disfrutar de él plenamente